Escribía Silvia Hinojosa en la vanguardia “La agresividad verbal entre Gobierno y oposición, en el pleno del miércoles y en la comisión de reconstrucción del jueves, dinamitó cualquier intento de debate serio sobre el principal asunto de la agenda: la Covid-19. Nada nuevo. Los peligros están advertidos desde hace tiempo. Bajo el cruce de descalificaciones y ocurrencias, el ciudadano asiste a la batalla indisimulada por el poder y el control del relato ante la opinión pública. Y un sondeo tras otro, el nivel de confianza en los políticos está bajo mínimos.”
Cuesta mucho generar espacios de confianza y tan poco destruirlos. Las descalificaciones y ocurrencias que menciona Silvia Hinojosa en su artículo son sólo expresiones de comportamientos tóxicos.
John Gottman doctor en psicología y autor de 7 reglas de oro para vivir en pareja, pasó décadas estudiando los factores que llevan al éxito y al fracaso en los matrimonios, aunque su trabajo estaba enfocado a las relaciones íntimas, Fredrikson y otros autores demostraron que los mismos principios se aplican a cualquier relación.
Gottman descubrió que hay cuatro comportamientos tóxicos que son directamente responsables de la mayoría de la negatividad en las relaciones. Estas son tan letales para las relaciones que se las llama “los 4 jinetes del apocalipsis”:
- La culpabilidad: Has sido tú!
- Estar a la defensiva: No he sido yo, has sido tú!
- El cinismo: Para una vez que lo haces bien…..
- El amurallamiento: …….. ( Estoy harto, me callo y me voy)
En el trabajo que hacemos con diversos equipos es muy habitual que manifiesten resistencias a cambiar estos hábitos, están tan integrados en nosotros que nos es muy difícil cuestionarlos. Culpar al otro porque no soy capaz de asumir mi responsabilidad o de dar un feedback claro, ponerme a la defensiva porque pienso que un comentario me está cuestionando a mi o a mi trabajo. La culpabilización y el ponerse a la defensiva son quizás las toxinas más fáciles de identificar y entender el impacto que tiene en la relación.
Con el amurallamiento y el cinismo cuesta un poco más, son quizás de las 4 toxinas las más difíciles de cambiar, las que son más difíciles de aceptar como comportamientos tóxicos. Amurallarse puede parecer un acto de defensa y además poco agresivo con el otro. No obstante, tiene un impacto enorme en las relaciones. En grados muy bajos es simplemente guardarme mi punto de vista en una reunión, en grados altos es cortar la relación, ignorar al otro, hacerle el vacío.
Con el cinismo ocurre algo parecido. En grados bajos es la ironía, al estar asociada al humor no somos conscientes del impacto que tiene en las relaciones. La frontera entre juego y agresión es muy fina, en realidad no sabemos cuando podemos estar tocando una fibra delicada del otro. La ironía puede abrir una herida, poner el dedo en la llaga. En grados muy altos, el insulto, la humillación.
Las toxinas tienen otro efecto curioso, nunca cabalgan solas. Si me siento insultado, puede ser que actúe a la defensiva, que me amuralle, que conteste con un insulto mayor,... Una toxina llama a otra toxina, y van aumentando de nivel, van generando más malestar, van incrementando la tensión, deteriorando la relación, hasta un punto que es inaguantable, y entonces se produce una rotura permanente de la confianza. En una pareja puede provocar un divorcio o una separación. En un equipo puede provocar lucha de poder, comportamientos sectarios en el que lo más importante es demostrar al otro que nosotros tenemos razón y ellos están equivocados.
La buena noticia es que las toxinas son simplemente comportamientos poco afortunados, poco hábiles y que existen antídotos que los desmontan, tanto si eres emisor de la toxina o receptor de la misma. Si soy capaz de no responder con una toxina a otra toxina, si soy capaz de mostrarme vulnerable, de dar un feedback honesto, de ser compasivo con el otro, de poner límites si es necesario... ese círculo vicioso se rompe.
Autoconocimiento, autenticidad, comunicación no violenta, vulnerabilidad, centramiento, compasión, … habilidades de liderazgo que nos ayudan a construir relaciones sanas, auténticas y poderosas.